FELIZ SANTIAGO DEL 2004
De los dos pilares de mi prehistoria, la Montaña y la Ribera leonesa, la vida me ha llevado más hacia la primera, pero no por ello dejo de reconocer que la mitad de mi personalidad se la debo a Vegas del Condado, el pueblo en el que mis abuelos Celestino y Evilasia, campesinos como todos sus vecinos, criaron y sacaron adelante una pequeña prole de cinco hijos, de los que mi madre fue la mayor.
Las Navidades nevadas y con olor a humo de matanzas, los veranos trillando con Cinio y Pidio en la era, el cuidado de las vacas en El Charcón o en La Molinera mientras mi abuelo vigilaba los reteles para ver si había cangrejos en ellos, los atardeceres subido al carro lleno de hierba o de trigo o los paseos con mi tío el fraile, cuando venía, buscando fósiles por Candado fueron dejando en mí esas sensaciones que a la larga conforman la personalidad de un hombre. Sensaciones que perduran por encima de los días y los años, incluso se acentúan con éstos algunas veces, y que se traducen principalmente en olores y sonidos muy concretos: el del reloj de la torre dando las horas, el de las campanas tocando a misa o a fiesta (“¿Ya dio la seña?”, preguntaba siempre mi abuela, que estaba sorda, la pobre), el olor de la hierba o trigo recién segado, el de la menta mientras la hubo, el del lúpulo, el del río en los veranos …
La vida pasa y los olores y los sonidos del pueblo permanecen porque están dentro y fuera de nosotros. Forman parte de nuestra personalidad. Porque un pueblo es más que un montón de casas. Un pueblo es más que un número determinado o variable de personas. Un pueblo es un sentimiento, una memoria de un tiempo ido y un compromiso de fidelidad a ellos y, por eso, la gente vuelve siempre que puede cuando se ha ido, aunque solamente sea para las fiestas del verano.
En Vegas son ahora, por Santiago, y un año más nos juntaremos todos para
homenajear al Santo en la Iglesia (los que vayan), tomar el aperitivo y saludar
a los que regresan en los dos bares de la plaza, comer la ensaladilla y el
cordero de rigor (los que tenemos esa suerte, los que prepara mejor que nadie mi
tía Solange) y bailar por la noche a los acordes de la orquesta junto a la vieja
presa del Palacio. Esa presa a la que llevaba al agua a los bueyes, cuando yo
era muy pequeño todavía, mi vecino Carlos Llamazares, hoy emigrante en Alcalá, y
cuya imagen lenta y majestuosa está en la base de mi primer libro de poemas y
quizá de toda mi literatura.
Felices Fiestas a todos.
Julio Llamazares.
PROGRAMA OFICIAL DE FIESTAS DE SANTIAGO 2004
Viernes 23 de Julio
12:00 h. Campanadas y chupinazo
17:00 h. Gran Gymkhana. Mientras tanto elegiremos al príncipe y princesa de
nuestras fiestas.
19:00 h. 3º Campeonato de futbolín en el patio de Miguel.
23:30 h. Lectura del Pregón.
23:45 h. Proclamación del príncipe y la princesa.
24:00 h. Empieza el espectáculo con la DISCO TÍVOLY.
Sábado 24 de Julio
12:00 h. Concurso de pintura para “futuros Picazos”. (No hace falta que traigáis
material)
14:30 h. Rica Paella a cargo de la Peña de la Buena Mesa.
17:00 h. Juegos Infantiles.
18:00 h. Concurso de Brisca en Ca’Luisina.
19:00 h. Final de la “Eurocopa pecera”. Solteros contra casados. ¡¡Que gane el
mejor!!
23:30 h. Seguiremos la Fiesta con la TIVOLY.
Domingo 25 de Julio
13:00 h. Solemne Misa en honor a Santiago Apóstol.
14:00 h. Ruta de Vinos: Bar Miguel – Bar Tino.
16:30 h. Campeonato de Mus en el Bar de Miguel:
- Inscripción: 15 €
- 1º Premio: 250 € y cena para 4 en casa Luisón.
- 2º Premio: 120 € y 2 trofeos.
- 3º Premio: 60 € y 2 botellas de vino.
19:30 h. Concurso de Carrozas. ¡Que vuele la imaginación!
23:30 h. Orquesta Sensación. A bailar todo el mundo.
1:00 h. Nos despedimos hasta otro año con la DISCO TÍVOLY.
Como complemento al programa oficial, los miembros de la
Peña de la Buena Mesa obsequian al pueblo
con un animado baile vermouth amenizado por el excelente dúo musical MIGUEL Y
EDITH, el domingo 25 a las 13:00 h. en la Plaza.
Relator y fotógrafo (salvo "medievo"): Juan Carlos Boixo